- A ella no le gustan las rosas rojas -le dije por enésima vez a Fabian- Le gustan las blancas -¡Dios Santo! Como si no lo supiera ese tipo. Nunca me cayó...- Así que tendrás que devolver esas.
Él suspiró.
- Está bien -dijo en un susurro.
Esperé hasta que salió y cerré la puerta con llave. Hace sólo 15 minutos estaba en el bus celebrando y ahora parecía mas un zombie amargado que otra cosa.
Fui a la cocina y saqué un pan. Medité mientras me lo comía e intentaba hacer la forma de una bota.
- ¿Qué rayos haces? -preguntó Mauro mientras bajaba las escaleras.
No respondí.
- Por cierto, ¿con quién hablabas?
- Con el queridísimo novio de tu queridísima hermana.
- ¿Fabian? -terminó de bajar las escaleras.
- Sí -respondí irritado.
- Hasta ahora no entiendo por qué no te cae... a mí si me cae bien.
- No lo entenderías. Eres muy chico.
Se puso rojo de ira apretó los puños.
- Solo me llevas un minuto. Somos mellizos.
- ¿Y? -le provoqué.
Me fulminó con la mirada y se fue con pasos fuertes hacia su cuarto. Él odiaba que le dijeran "chico" o "peque". Yo solo puse los ojos en blanco y seguí comiendo. Tocaron el timbre y dejé mi pan a medio formar y me dispuse a abrir la puerta. Cuando la abrí, estaban Matías y Ricardo. Los hermanos de Jess.
- Oye, esto... hola -me dijo Ricardo mientras jadeaba por el esfuerzo. Debían de haber venido corriendo- ¿Has visto a Jess?
- No -respondí.
- No la encontramos -dijo Matt nervioso- Mamá nos va a matar. Dice que la debemos cuidar aunque yo solo le lleve un año, solo porque es mujer... pero creo que ella se sabe defender muy bien -hizo una mueca y yo sonreí.
- ¿Les ayudo a buscar? -me ofrecí- Yo tampoco encuentro a Ivana -eso era mentira. Ni siquiera la había estado buscando.
- OK -respondieron.
Fuimos caminando a la casa de una de las amigas de Ivana y Jess: Bren. Pero no estaban allí. Fuimos a buscarlas a la casa de Mafe, Liz, Ele, Fati y al final fuimos a la casa de Angie, donde estaba la puerta abierta.
- ¿Entramos o...? -preguntó Matt.
- No lo sé... -respondimos Rikki y yo al mismo tiempo.
- Claro. Pero si está abierto debe ser porque no importa que entremos ¿no?
- ¿Y por qué no tocas el timbre? -le dije algo cansado porque las chicas no vivían muy cerca que digamos.
- Pero si están ahí -dijo Rikki- Las podemos espiar...
- Esa es, hermanito -felicitó Matt mientras se chocaban los 5.
- No sé como Jess soporta esto -murmuré.
- Entonces... ¿vamos o no? -preguntó Matt.
Bufé y les dije:- ¡Agh, OK! Pero si se enteran de esto es su culpa ¿ah? -amenacé.
- Ay, que amargado... -se rió Rikki.
Puse los ojos en blanco y entramos. Escuchamos varias voces hablando a la vez.
- ¿Popypops?
WTF? pensé.
- Eso suena más a una marca de chupetes.
- ¿Porra & Roll?
- ¿RockChiks?
- ¿Qué? -preguntó Matt a mis espaldas en voz baja- ¿Qué están haciendo?
- ¿Y si vemos por la ventana? -pregunté.
- Se van a dar cuenta -respondió Rikki con tono de obviedad y burla.
Lo ignoré y me asomé por la ventana del jardín trasero y los demás también. Las vimos mientras algunas discutían y otras escribían en cuadernos. Majo y Male estaban sentadas en un sillón con cara de cansansio.
- ¿Y por qué no un nombre que no tenga NADA que ver con música pero con un gusto en común? -preguntó Male exasperada.
- Bueno ninguna cumple las reglas -dijo Jess.
- Excepto tú, inocente -se burló Angie y ella le sacó la lengua como una niña de 5 años.
- Nos escapamos a la casa de nuestras amigas... -dijo Bren.
- Run Away... -susurró Liz.
- Run... ¡RunAwayers! -se iluminó Dani.
- ¡Eso es! -gritaron todas.
- Entonces, la banda se llamará The RunAwayers -dijo Majo apuntando en una libreta.
- ¿BANDA? -preguntamos Matt, Rikki y yo al mismo tiempo. Lamentablemente, lo dijimos muy alto y nos escucharon, aunque nosotros nos escondimos antes de que ellas nos pudiesen ver.
Nos quedamos así un buen rato y cuando levantamo la vista de nuevo, casi nadie nos miraba. Sólo Jess nos sonreía meneando la cabeza. Nosotros le respondimos con sonrisas nerviosas. Ella salió del cuarto y vino hacia el jardín.
- ¿Qué hacen aquí? preguntó aún sonriendo.
- E-estábamos buscándote... y a Ivi -dijo Matt.
- ¿Y cuánto tiempo han estado ahí?
Miré mi reloj.
- Como unos... 7 u 8 minutos.
Jess levantó una ceja
- ¿Ah sí? -los tres asentimos- ¿Y no había entrenamiento de fútbol hoy?...
Levanté la vista al cielo y cerré los ojos frustrado. Matt se golpeó la frente.
- Tienes razón -dije en un susurro.
El tono de mi voz hizo que su sonrisa se ensanchara.
- Los van a masacrar -se burló Jess- Especialmente porque tú -puso su dedo índice en mi pecho- eres el capitán.
- Venga, te llevo en mi moto -Matt se dirigió a mí aunque miraba de mala manera a su hermana.
- OK -susurré.
domingo, 3 de enero de 2010
Cap II.- (Ian)
Publicado por Jess Mogollón en 15:39 0 comentarios
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